Arabia Saudí. Homicidios de Estado

Murtaja Qureiris ha cumplido 18 años en la cárcel y ahora los jueces han pedido para él la pena de muerte. El joven fue detenido cuando apenas tenía 13 años. La acusación de terrorismo hace referencia a un episodio aún anterior. Cuando tenía 10 años, Murtaja animó una pequeña manifestación de niños en bicicleta que coreaban “el pueblo quiere derechos humanos”. Era 2011, un año de esperanzas y brotes de revolución en todo Oriente Medio. Los carceleros le mantuvieron en aislamiento durante 15 meses y le torturaron. A pesar de esto, no consiguieron acusarlo de ningún delito de sangre, solo de “sedición”. Unimos nuestra voz a las otras que se han levantado en defensa de la vida de Murtaja, para parar este bárbaro homicidio.

El alucinante y feroz ensañamiento del Estado contra un niño, que hoy es un joven adulto, horroriza pero no extraña. La reaccionaria Monarquía saudí no tiene parangones en cuanto a su ferocidad: es el segundo Estado del mundo después de Irán, en número de condenas a muerte dictadas. Es el principal responsable de 4 años de guerras en Yemen, donde su aviación militar ha atacado hospitales, escuelas, calles, centrales hídricas causando decenas de miles de víctimas, entre las cuales hay muchísimos niños.

Hace apenas una semana, dio vía libre a la masacre perpetrada por los militares sudaneses contra gente que se manifestaba de manera pacífica. Es el primer importador de armas en el mundo. Al mismo tiempo, el régimen de Arabia saudí es aliado y socio de confianza de las principales democracias, desde los Estados Unidos a Europa.

Giovanni Marino 8 de junio 2019