España ingobernable «las alternativas no están en las urnas»

Entrevista de Fabio Beltrame (codirector del quincenal La Comune) a Anabel Cubero (inspiradora y dirigente de Socialismo Libertario)

F.B.: España, desde hace ya cuatro años, está inmovilizada por las dinámicas políticas que han alternado cuatro gobiernos diferentes. Treinta y siete millones de españoles una vez más, han votado el pasado 10 de noviembre para renovar el Parlamento. La convocatoria de nuevas elecciones se ha hecho necesaria después de que los resultados de las anteriores, el pasado 28 de abril, el PSOE no ha conseguido componer una mayoría tal que le permitiera dar vida a un ejecutivo. La repetición de las elecciones es una enésima prueba de la profunda crisis de la política democrática y hoy se repite en los hechos, el estancamiento político y la incapacidad de encontrar vías de salida creíbles y duraderas más allá de un acuerdo para conformar un gobierno PSOE/Podemos. Sobre todo nos interesa comprender el crecimiento de la ultraderecha de Vox, nacionalista, anti femenina y racista.

A.C.: España no es ajena a la decadencia que vivimos a nivel global, y en particular, a la crisis del régimen de la transición del 78 que ha estallado en estos años. Como dijimos en las elecciones anteriores, el surgimiento de Vox es una mala noticia. Han pasado de 24 a 54 diputados. Y sí, la debacle de Ciudadanos, que ha perdido 2,5 millones de votos, y que se postulaba como un nuevo partido de centro derecha, ha beneficiado tanto al PP, que ha subido más de 20 escaños, como a Vox que además, como indican los últimos datos, ha recibido votos también de la izquierda: nada menos que 300.000. Habrá que ver si estos votos son fruto del enfado o “emociones superficiales”, de última hora, pero es indudable que, como habíamos señalado, una extrema derecha misógina, racista, españolista, ha aparecido, surgida de las filas del PP. Por otra parte, crece el nacionalismo “histórico”. Tanto el nacionalismo de Euskadi, Catalunya, esta última con más de 20 diputados, como de Galizía, tendrán representación parlamentaria, 16 partidos conforman el hemiciclo. Ha habido 10 millones de abstenciones (dos millones más que en las elecciones de abril), y el panorama se presenta difícil para el gobierno y el régimen, y con novedades inéditas respecto al resto de Europa: gobierno de coalición de la socialdemocracia con un partido más a la izquierda de ella. Una opción que podía haberse dado ya en abril y que hace preguntar a la gente por qué ha habido elecciones.

F.B.: El nacionalismo catalán es la expresión de una fractura ideológica que tiene que ver con la presunta intangibilidad del Estado nacional unitario después del fin de la dictadura franquista en 1975. Junto a la respuesta represiva del gobierno y las instituciones del Estado, ¿la crisis producida por el movimiento independentista incide sobre el crecimiento del abstencionismo?

A.C.: No necesariamente. Por primera vez una formación nacionalista como la CUP, -conjunto de partidos y agrupaciones de izquierda- tiene representación parlamentaria. A propósito del 78, los políticos catalanes tuvieron un papel preponderante en la firma de la Constitución. Es un conflicto histórico pero es también una invención burguesa en sus consecuencias, y una pésima estrategia del Gobierno central y de la Monarquía que ha exacerbado las tensiones. Los que se ha movilizado no son sólo nacionalistas independentistas. Más de la mitad de la población catalana no es independentista, aunque sí muchas de sus gentes se sienten republicanas y viven la imposición de un monarca como Jefe del Estado. Además Felipe VI ha mostrado con Catalunya, su cara más reaccionaria. Por otra parte, la violencia que ha surgido en sectores independentistas es una novedad peligrosa. Hasta ahora todas las manifestaciones a favor de la autodeterminación y de la independencia han sido pacíficas. El nacionalismo está también dividido. Hasta el punto que ERC tiene en sus manos la formación del Gobierno central, con su abstención, mientras el resto del nacionalismo catalán es contrario. Algunos de ellos ven y/o apoyan los altercados violentos, porque son desestabilizadores: cuanto peor, mejor, vieja proclama de una cierta izquierda.

F.B.: Los datos electorales ponen en evidencia el traspaso de votos de Ciudadanos y PP hacia Vox. En la izquierda las cosas parecen más articuladas. ¿Cuáles son los ánimos y las inquietudes de la gente solidaria, antirracista y libertaria?

A.C.: Vox mismo ha declarado (antes del preacuerdo PSOE-Unidas Podemos) cautela en los entusiasmos y se ha dirigido también a la izquierda, consciente de que puede encontrar un caldo de cultivo en los sectores de la sociedad más misóginos, racistas y españolistas. La fractura de la sociedad es muy grande. Puede ser, como decimos en nuestra editorial, que haya alarmas superficiales y al contrario, reacciones por parte de la gente mejor, de una cierta ilusión en un gobierno “progresista”. Estos enfoques pueden relativizar la necesidad de una reflexión seria y de una autonomía ideal, práctica y ética respecto a los poderes políticos, y en ese terreno Podemos ha mostrado su cara y sus intereses, nada nuevos. Estará en el gobierno gracias a Sánchez y con el resultado electoral más bajo de su historia. Para la gente solidaria, antirracista, libertaria la “batalla” debería ser en otros terrenos: en la cotidianidad, para construir sólidas alternativas que además de ser mejores, enfrente con más solidez y eficacia a la extrema derecha que ha aparecido.

Barcelona, 14 noviembre 2019