Últimas inundaciones. Un mensaje de solidaridad y una invitación a la reflexión

Lo primero es la solidaridad con las víctimas y las/os damnificados morales y materiales. Ya son seis las personas fallecidas en estos días. El temporal que ha azotado y continua haciéndolo, el Levante, Murcia, Andalucía y que avanza hacia Castilla la Mancha, está dejando zonas devastadas. Las cantidades de lluvia que está cayendo son las mayores en los últimos 140 años y hay cientos de personas que han sido evacuadas. Sólo en Orihuela, declarada «zona cero» pues está devastada, han caído más de 200 litros por m2 y en Andalucía hay 4000 hectáreas de invernadero dañadas.. El río Segura se ha desbordado inundando pueblos enteros. La «gota fría» cada año se extiende más y causa más desastres pues cada año la temperatura del mar aumenta que es una de las causas de la gota fría. Los daños materiales son incalculables y probablemente se declare zona catastrófica. Y en este caso sí, las exigencias a las instituciones gubernamentales y autonómicas deben obtener una respuesta inmediata, así como también controlada, allí donde esa posibilidad se manifieste, por las/os vecinos, por los afectados directos.Pero lo segundo, e igualmente ineludible es comenzar a comprender que estas tragedias ocurren por una combinación de factores, entre los que están: las inevitables sacudidas destructivas de la naturaleza en la que vivimos y de la que somos parte, acentuadas con bastante seguridad por el calentamiento global en curso en nuestro planeta; pero también, y dependiente de lo anterior, una relación con esta misma naturaleza marcada por el antropocentrismo, por lógicas depredadoras, que llevan a cabo en primer lugar los poderosos y sus ansias insaciables de beneficios, pero que ha dado pie a una extraordinaria falta de cautela en el empleo de los recursos naturales, incluidos los asentamientos elegidos de poblaciones y de edificaciones sin tener en cuenta a la naturaleza ni a los agentes naturales que en esos ámbitos actúan y habitan. El tristemente publicitado “boom” de la construcción en toda la costa levantina ha transformado en los últimos cincuenta años todo el paisaje de manera dramática, cosa que cualquiera puede ver mirando fotografías de pueblos y parajes de finales de los años 60, con las miras exclusivamente puestas en el beneficio monetario.
El próximo 27 de septiembre, en todo el mundo se movilizarán las personas más sensibles, y esperamos que sean muchas, por el futuro planeta, a la que nosotros nos sumaremos, preguntándonos, como escribe Francesca Vitellozzi en nuestro último número de Socialismo Libertario, el 121, sobre cómo podemos pensar “nuestro modo de concebirnos como seres humanos en la naturaleza y sobre la posibilidad de elaborar y comenzar a experimentar ideas y modos de vida (…) alternativa (…) por una respetuosa reconciliación con el ambiente (…) y con la naturaleza”, de la cual la naturalidad humana es una parte especial.
Juan Bolivar

Sábado 14 de septiembre 2019