Por
la vida y la acogida
de
la humanidad en camino
Nos hemos hecho humanas y humanos
viajando, poniendo a la obra características antropológicas como la
adaptación, la resistencia o la creatividad. Pero hoy, minorías feroces
convierten esos viajes en más peligrosos que nunca. Y son también
minorías quienes hacen que los lugares de partida sean cada vez más
invivibles por guerras, hambrunas o devastaciones ambientales. Y sin
embargo el empuje a la vida es incancelable y la esperanza en un futuro
mejor prevalece. Los estados obstaculizan la llegada de personas
causando muerte y desolación y sembrando la extrañeidad y el odio en
las sociedades. Conviene pensarlo cuando comienza el verano y con él
aumentan las noticias sobre las llegadas de barcas y cayucos a nuestras
costas. Reconocernos con los que llegan, reconocernos como humanos
puede dignificar, puede ser un bien más profundo y duradero. Separarse,
sustraerse de la lógica de los poderes racistas y bélicos, es un
imperativo moral.
...
[leer más] La humanidad en camino nos interroga
profundamente sobre la posibilidad de una convivencia pacífica y
positiva. Es posible porque está humanamente probado. Existen ejemplos
pequeños, iniciales, seguramente contradictorios, pero que nos hablan
del valor de la acogida para quien llega como para quien recibe cuando
existe la voluntad de aprender a convivir. Familias que en Canarias
acogen a los niños y niñas que esperan el reencuentro con sus adultos
de referencia. Pueblos del interior de la península donde al temor
inicial por la instalación de un centro de menores inmigrantes, ha
seguido un conocimiento que ha logrado derribar la desconfianza
recíproca. Historias de encuentro, de amistad, de solidaridad que
aparecen cuando se escarba un poco. Contrastan con el sentido común
alimentado por la desinformación de los medios y las mentiras de los
políticos, en especial pero no sólo de la extrema derecha, que exaltan
interesadamente los ejemplos problemáticos y difunden el odio, que se
nutren de hábitos mentales y prejuicios sedimentados alimentándolos a
su vez. Así, hablan de invasión y de que “no cabemos” en un país
envejecido y con enormes zonas casi despobladas, con cifras de llegada
de inmigrantes irrisorias respecto al turismo de masas (lo podéis leer
en estas páginas) que sí dificulta la vida en pueblos y ciudades. Está
en nuestra mano qué poner por delante. Un enfoque que prioriza la vida,
la defensa de quienes buscan una existencia digna, el derecho a moverse
y la acogida, es lo mínimo, pero hace toda la diferencia. Contribuye a
reconocerse como humanos, símiles y diferentes. Se puede partir de una
idea diferente de la humanidad: común humanidad es una categoría que
nos ha cambiado la manera de pensar. Mejora la propia humanidad.
Conviene a todas y todos. Nos hace mejores....
[leer menos]
