Sudan. No a la represión, solidaridad con los manifestantes

El lunes 3 de junio los militares han realizado una cruel masacre en pleno centro de Jartum: son al menos 35 las víctimas mortales y cientos los heridos. De esta manera han dado continuidad a las amenazas de los días anteriores, asaltando el campamento permanente en el que desde hace semanas participaban miles de manifestantes, cerrando las vías de salida y disparando de manera indiscriminada. Estamos al lado de las víctimas, de sus compañeros y personas queridas. Estamos cerca de quienes están sufriendo a causa de la represión y solidarios con quienes han tenido el valor de desafiar al régimen.

Sostenemos sus justas aspiraciones de libertad que han motivado a tantas mujeres, jóvenes y gente común de Sudan a cuestionar, desde diciembre del año pasado, una dictadura como la del sanguinario al Bashir, que duraba desde hace treinta años y, después de haber conseguido su destitución, querer acabar con un régimen brutal que se basa en un ejército despiadado y sanguinario

Mientras los medios de información, en buena parte, callan vergonzosamente sobre los graves acontecimientos de Sudan, es aún más importante tomar posición y condenar la feroz violencia del Consejo militar transitorio. Esta banda de asesinos que ya fueron protagonistas orgánicos del régimen genocida de Bashir, no piensan ceder el poder. Durante semanas han llevado a cabo tratativas con las asociaciones y con los manifestantes para agotar sus energías y compactar, en cambio, la fuerza de la cúpula militar.
En cuanto ha recibido luz verde de sus padrinos y financiadores internacionales -los regímenes opresores de Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos- la junta militar ha desencadenado la más violenta represión y el terror. El día posterior a la matanza, las agrupaciones de la oposición han llamado a la movilización general, mientras que la crueldad de la represión obliga a la diplomacia internacional y a los medios de información a expresar algunas blandas y tardías condenas.