Tercer día de protesta en Irán. Son miles los que desafían con coraje la represión y denuncian el derribo del avión ucraniano el 8 de enero, expresando sus condolencias por las 176 víctimas y condenando la lógica criminal y las mentiras del régimen teocrático sobre lo que ha sucedido.
Muchos salen a la calle después de 10 años, otros lo habían hecho ya en 2017 y el pasado noviembre.
Expresamos nuestra cercanía a quien ha perdido a sus seres queridos -víctimas inocentes del enfrentamiento entre Trump y Khamenei- y nuestra solidaridad a los protagonistas de estas movilizaciones. Así como a los jóvenes que en Iraq continúan pidiendo la retirada de todas las tropas extranjeras de ocupación.
El apoyo verbal e hipócrita de Trump a estas protestas, en cambio, sólo sirve para justificar la represión. Así como el asesinato terrorista de Soleimani, ordenado por él, ha servido a Alí Khamenei y a sus socios para convocar las manifestaciones multitudinarias en apoyo al régimen.
Trump y Khamenei son enemigos que, sin embargo, comparten la misma lógica belicista y opresiva en contraposición a la gente común, en la variante democrática el primero y teocrática el segundo.