Solidaridad activa y responsable frente a una rebeldía estéril

En varias ciudades del Estado español se han realizado manifestaciones contra las restricciones en vigor por la Covid-19. Algunas de ellas han acabado en disturbios y
enfrentamiento con la policía, como ha ocurrido también en otras ciudades europeas.
Parece que los responsables, en su mayoría, proceden de grupos de extrema derecha, en algunos casos ultras y delincuentes comunes, también personas que se reclaman de la izquierda radical. A pesar de la importancia adquirida a nivel mediático no parece que hayan sido más que algunos centenares de personas. Se trata de una expresión minoritaria que con el pretexto de las medidas restrictivas manifiestan una rebeldía inútil y dañina tanto en el método como en sus contenidos confusos. No por casualidad las convocatorias de estos actos pueden contar con el ocultismo ofrecido por las redes sociales donde encuentran terreno fértil teorías negacionistas y de la conspiración.
Por otro lado existen otra realidades con las cuales nos solidarizamos, que se están manifestando de manera pacífica no obstante las dificultades para reunirse. En primer lugar la sanidad y la educación, dos sectores que están siendo sometidos a una presión enorme debido a la incapacidad y la irresponsabilidad de los gobiernos estatales y autonómicos. También el mundo de la cultura está reclamando atención sobre su situación ya que a diferencia de otros ámbitos laborales se han visto obligados en muchos casos al cierre total a pesar de las medidas tomadas y de la poca incidencia del virus. Aunque siendo menos visibles muchas personas se están movilizando para frenar los desahucios que se siguen llevando a cabo sin tener mínimamente en cuenta el agravante del contexto actual. Para enfrentarse a la incertidumbre y las dificultades que estamos viviendo más que nunca es necesario reafirmar un principio de solidaridad activa, reflexiva y responsable para no delegar en la política y en los Estados lo que tiene que ver con nuestras vidas.