Virus y visones

17 millones de visones van a ser abatidos en Dinamarca, uno de los principales exportadores de estas pieles: el Covid-19, con una mutación, ha contagiado a los animales en las granjas y ha dado el temido salto de especie (spillover), infectando también a algunas personas. La noticia, con sus dramáticas consecuencias inmediatas (para los pobres animales) y los peligros potenciales (para los humanos), debería hacer reflexionar sobre los daños y sobre el peligro que representa la horrenda “megafábrica” de carnes, pieles, etc. que es la ganadería intensiva, es decir, la tortura y la matanza de una cantidad inimaginable de animales.
Esta cadena de producción y consumo en las manos del agro-business internacional representa un monstruoso e inédito nivel de destrucción y devastación de la naturaleza. Se calcula que la biomasa de mamíferos en la ganadería es hoy más del doble que la de toda la humanidad, mientras que la de los mamíferos selváticos hoy está reducida al 3% del total. No puede por tanto sorprender que, permaneciendo esta situación contra natura, nuevos virus y spillover sean y serán una amenaza constante para la especie humana. Es más, justamente esta “megafábrica” contribuye de manera decisiva a las emisiones de gases de efecto invernadero. Los primeros responsables –las grandes multinacionales del agro-business y los Estados– siguen dañando impertérritos a nuestra especie y a las demás.
Además de la indispensable denuncia de estos criminales, es importante ante todo un compromiso en defensa de la vivibilidad y una seria reflexión sobre la posibilidad de una vida mejor, frente a una cotidianidad innatural que quieren imponernos multinacionales y poderes opresivos. Aprendamos por tanto también a tomar decisiones, grandes y pequeñas, alternativas y de sustracción a todo esto, desde la mirada que tenemos hacia la naturaleza y a las demás especies hasta la comida que compramos y de lo que nos nutrimos, y los vestidos que nos ponemos.