Mundiales de futbol 2022. Un pequeño mensaje de dignidad

Miércoles 24 de marzo, ha empezado la eliminatoria europea hacia el Mundial de fútbol de 2022. Antes del comienzo de su partido, los futbolistas de la selección alemana se han presentado con una camiseta negra con una letra por cada jugador. Un total de 11 letras para componer las palabras “Human Rights”, Derechos Humanos. Los jugadores noruegos lucieron, en cambio, una blanca con el lema “Respeto dentro y fuera del terreno de juego”. Ambos equipos se solidarizaban así con los trabajadores inmigrantes que el régimen de Qatar está explotando de manera salvaje en la construcción de las instalaciones donde se jugará la fase final del próximo, vergonzoso, campeonato mundial de futbol. Según el diario británico The Guardian ya son más de 6.500 los trabajadores inmigrantes muertos en accidentes laborales desde que en 2010, la FIFA, dio la concesión de la sede del torneo a Qatar. Los grandes eventos deportivos se han convertido en espectáculos totalmente sometidos a los intereses económicos de patrocinadores y televisiones además que a los intereses de promoción política de los países anfitriones. Sin olvidar naturalmente los casos de corrupción que alimentan, tanto en el Comité Olímpico Internacional (COI) como en la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), la designación de los países organizadores. Se justifica en base a estos intereses la absurda intención de celebrar a toda costa las Olimpiadas en Japón este verano y la asignación de Qatar del mundial de futbol.
Según el diario noruego Verdens Gang (VG), el 55% de los noruegos consideran que su país debería boicotear el evento, mientras que un 20% es favorable a participar. El 20 de junio una comisión del fútbol noruego decidirá finalmente si va a haber boicot al mundial 2022, como piden algunos clubes del país. No son muchas las ocasiones en que desde el mundo del deporte surjan mensajes de dignidad que se sustraigan, al menos un poco, al cinismo, a la hipocresía y a la mercantilización extrema que caracterizan los grandes eventos deportivos. Hay que celebrarlo y esperar que los futbolistas alemanes y noruegos sirvan de ejemplo.