4M en Madrid. Un resultado preocupante y una razón para reaccionar

La política española reciente nos dice que sus escenarios, éxitos y caídas, son bastante efímeros.
Esto no significa desconocer, pero sí quizás relativizar también los resultados de los comicios para la Comunidad Autónoma de Madrid.
El PP 1.620.213 votos (44,73%) y 65 escaños. Más Madrid 614.660 votos (16,97%) y 24 escaños. PSOE 610.190 votos (16,85%) y 24 escaños. Vox 330.660 (9,13%) y 13 escaños. Podemos 361.010 votos (7,21%) y 10 escaños. Ciudadanos 129.216 votos (3,57%) y 0 escaños.
El PP ha ganado en el 95% de las secciones censales, en el 99% de los municipios y en todos los distritos de la capital.
Con una participación electoral muy alta, 75%, es un resultado que relanza al PP y supone un aviso para el Gobierno Sánchez. Supone sobre todo un mensaje sobre el preocupante estado de salud moral de la sociedad madrileña. Una realidad social muy polarizada pero en la que crecen las derechas.
Madrid es el centro de todos los poderes del Estado. No es la Comunidad Autónoma más grande ni la más poblada pero, como se sabe, la más rica, la que más población va concentrando, la que más “talento” (es decir, personas con cualificación académica y profesional) atrae, la que mayor expansión urbanística estimula y la que ofrece condiciones de paraíso fiscal para las mayores fortunas de España. Es la más autónoma de España y la que más condiciona al resto del país. La más española no sólo porque concentra el españolismo más agresivo sino también porque quienes la gobiernan pretenden que el resto de la península esté a su servicio. «¿Qué es Madrid si no es España?», dijo Ayuso.
Así la quiso el PP desde 1995 (el Gran Madrid de Aznar) y así la aprovecha como su predilecta y voraz criatura política y social. Los escándalos más esperpénticos y la corrupción más sistemática parecen casi no pasar factura, convirtiéndose en parte del prestigio de la “gestión” pública.
¿Qué mensaje comunica la victoria (el crecimiento) de Isabel Díaz Ayuso? Que esta trayectoria continúa y, si es posible se agrava. El PP, que duplica el resultado de 2019, se apoya sobre su base electoral, fuertemente movilizada, absorbiendo los votos de Ciudadanos hasta dejar sin escaños al partido naranja, y limitando seriamente el crecimiento de Vox. Sin embargo Díaz Ayuso ha quitado votos también al PSOE.
Aprovechando la fatiga pandémica, su burda propaganda de una ciudad “abierta», tanto al ocio como a los negocios, ha interceptado las incertidumbres ante la precariedad laboral así como los deseos de una socialidad superficial e irresponsable.
Su llamamiento a la “libertad” ha alentado y canalizado electoralmente al egoísmo social y al relativismo moral. De este modo, en tiempo de pandemia, en el territorio con mayor mortalidad, quienes más han golpeado la sanidad pública, quienes han jugado con las vidas de los mayores así como con las cifras de contagios han resultado finalmente premiados en las urnas.
El PP de Díaz Ayuso ha capitalizado el voto de los retrógrados y una buena parte del voto de los indiferentes(*). Sin embargo, en estas elecciones la alternativa no era entra «libertad o comunismo» ni entre «democracia y fascismo». Madrid por tanto no es hoy ni “libre” ni “fascista”. Muchas voluntariosas y muchos voluntariosos(*) han votado por las izquierdas. Son una minoría sí, pero consistente y, quizás más que en el pasado, motivada por una más clara exigencia de justicia social y de solidaridad. Al crecimiento de Más Madrid corresponde el serio retroceso del PSOE, mientras que el muy limitado crecimiento de Podemos ha convencido a Pablo Iglesias de dejar todos sus cargos políticos.
Como socialistas libertarios hemos dado indicación de voto contra las derechas. Compartimos por tanto las preocupaciones de quienes han votado por Más Madrid, PSOE o Podemos. Pero sobre todo nos anima la voluntad de no ceder a la decepción y hacer que las razones que han llevado a mucha gente de izquierdas a votar puedan ser ocasión de un dialogo para que los valores que guían la búsqueda de relaciones más libres, justas y solidarias sean pensados, profundizados y vividos como fuente de un protagonismo y un compromiso en el día a día, no sujeto a los tiempos y a los resultados electorales.

(*) para profundizar sobre estas categorías del la Corriente Humanista Socialista, ver «Premisas para una fundación cultural» en el periódico SL133.