Cisjordania, Palestina. “El pueblo quiere la caída del régimen”

El eslogan de las movilizaciones revolucionarias de hace diez años resuena hoy en las calles de Ramallah, donde una manifestación ha hecho el recorrido hasta el palacio presidencial de la Muqata. Bajo acusación está la Autoridad Nacional Palestina, responsable del homicidio de Nizar Banat, conocido activista y voz crítica contra la ANP: arrestado anteriormente, hace cuatro días se lo han llevado de su habitación en plena noche con un gran despliegue de fuerzas policiales y ha fallecido unas pocas horas después mientras todavía estaba en manos de los aparatos de seguridad. Es sólo el último grave episodio de represión en relación con los muchos que denuncian el raro nivel de corrupción y de autoritarismo que afecta la ANP, heredera de la dirección histórica palestina que gobierna Cisjordania bajo la estricta tutela israelí.
El trágico homicidio de Estado es emblemático de los obstáculos que tiene que afrontar el pueblo palestino en su búsqueda de libertad: además de la opresión israelí, éste debe medirse con sus direcciones que tienen muy poco que envidiar a los peores regímenes policíacos de la región. Que por las calles de Ramallah se oigan los ecos hoy del eslogan de 2011 es indicativo de un surco cada vez más profundo que separa las expectativas humanas esenciales de vida, libertad y dignidad del pueblo palestino de los mecanismos mortíferos que regulan la incidencia de sus direcciones políticas.