A casi un mes de haber iniciado, las manifestaciones siguen y se extienden por todo el país, involucrando a amplios sectores de la población pese a la feroz represión que ya provocó más de doscientas víctimas. La vanguardia son las mujeres, las que salieron a las calles contra el salvaje homicidio de Mahsa Jina Amini coreando la consigna “mujer, vida, libertad” y que fueron capaces de infundir en los demás el coraje necesario para unirse a ellas gracias a su ejemplo contagioso. Huelgas y asambleas fueron contando con el involucramiento de estudiantes y trabajadores de la educación, luego de abogados y periodistas, trabajadores de los bazares y obreros, hasta llegar al estratégico sector de la industria petrolera. En las consignas y pintadas las denuncias van más allá de los delitos de los aparatos represivos y tocan a los de la república islámica en su conjunto hasta llegar a su cúpula y al “líder supremo” Ali Khamenei.
Es una revuelta de la gente común que está sacudiendo la normalidad opresiva del régimen teocrático, una revuelta comenzada en torno a cuestiones dirimentes y universales (una vida digna, la libertad) en la que, no por casualidad, las mujeres son protagonistas en primera línea. Y la vemos estando implicados, con solidaridad y esperanza.
Publicado en La Comune online