Masacre en la frontera con Melilla, mentiras del Gobierno y cinta de vídeo de la BBC

El martes1 de noviembre la BBC emitió un vídeo en el que se reconstruían los hechos del pasado 24 de junio donde al menos 23 refugiados sudaneses murieron al cruzar la frontera de Melilla cuando hubo una avalancha de cerca de 2.000 personas. Según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos los desaparecidos son 70.
El vídeo muestra cómo la policía marroquí lanzó gas lacrimógeno en un espacio cerrado y golpeaba a los inmigrantes cuando estaban en el suelo. En la emisión, la BBC evidencia que hubo víctimas en suelo español y que la policía marroquí arrastró a parte de ellos al lado de su país. Y, por otra parte, plantea que la Guardia Civil había podido observar lo que ocurría en tiempo real gracias a las cámaras de un dron, de un helicóptero y a las de la propia frontera. El documental se acompañó de testigos refugiados sudaneses que contaban la dramática experiencia que habían sufrido.
Esta aportación de la cadena británica arroja mayor verdad a la denuncia que redes solidarias y antirracistas y ONG han estado realizando desde el 27 de junio, días después de lo ocurrido.
La misma ONU pidió a Marruecos y a España rendir cuentas de lo ocurrido y reparar a las víctimas.
El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, hoy vuelve a reiterar que no se cree la versión del Ministro del Interior, no cree que la Guardia Civil no viera a las personas heridas, cuestiona el uso de material antidisturbios y denuncia que los gendarmes marroquíes sí entraron en suelo español, como reconoció la propia Guardia Civil, así como que se realizaron devoluciones en caliente “sin mínimas exigencias legales” y que “no resulta plausible que no se tuviera conocimiento alguno de la situación de riesgo”.
Ante toda evidencia de la complicidad del Gobierno Español en la mayor masacre que se ha llevado a cabo en la frontera con Melilla hasta la fecha, el Ministro del Interior, Grande-Marlaska niega de manera prepotente y cínica cualquier responsabilidad y el conjunto del Gobierno cierra filas con él.
No es una actitud nueva de quien ha estado planificando y orquestando el control y los pactos fronterizos con Marruecos con el beneplácito de la OTAN los últimos años.
Los socios de Gobierno de Podemos se han limitado a hacer algún comentario pidiendo responsabilidades pero sin tomar ningún tipo de medida, del mismo modo que no lo hicieron cuando sucedieron los acontecimientos. Siguen cómodamente permitiendo que el Gobierno sea cada vez más represor en cuanto a política de fronteras se refiere. Lejos quedan las críticas a las devoluciones en caliente o a la tragedia del Tarajal.
Para quienes estamos al lado de nuestra gente que busca una vida mejor, más cuando se huye de la violencia y de la guerra, las vergonzosas retóricas políticas y legalistas de estas semanas acerca de la masacre en Melilla de junio resultan nauseabundas. Es nauseabundo que se hable de muertes legales o ilegales, que se discuta si estaban en un lado u otro de la frontera como si esto eximiese de responsabilidad, es nauseabundo tanto desprecio hacia la vida humana. Es nauseabundo ver que un Gobierno y sus socios que son referentes para sectores de izquierda de este país no asuman ninguna responsabilidad de lo ocurrido porque en el fondo consideran que defender las fronteras tiene costes humanos irremediables.
El emerger de nuestra gente que busca una vida mejor, como es el caso de los jóvenes sudaneses asesinados y los millones de refugiados e inmigrantes que atraviesan fronteras, desnuda cada vez más a los Estados que expresan su naturaleza bélica, pone en evidencia la decadencia política y muestra las vergüenzas inhumanas de la gestión de las fronteras de las instituciones.