Turquía y Siria. Con la gente común frente a la tragedia.

Hace unas pocas horas un potente terremoto ha hecho temblar la tierra provocando miles de víctimas, derrumbes y daños en una vasta región que va del sur de Turquía a Siria y notándose aún mas lejos, en Beitut y Chipre, con el peligro, después descartado, de un tsunami en el Mediterráneo.
El balance de las víctimas desgraciadamente sigue creciendo y los supervivientes que se han quedado sin techo en las zonas más montañosas deben afrontar en muchos casos la nieve y la intemperie sin un lugar en el que resguardarse.
La emergencia, motivada por un evento natural como es un terremoto, es mucho más grave por la precariedad que ya connota la existencia de poblaciones que sufren en gran medida a causa de la guerra: a ambos lados de la frontera entre Siria y Turquía viven desde hace años –con pocos medios y muchas persecuciones– millones de personas desplazadas, en campos de refugiados o en viviendas precarias a menudo sin trabajo. En las ciudades martirizadas de Siria como Hama o Alepo, los edificios ya frágiles por los bombardeos caen con más facilidad ante los temblores causados por el terremoto, provocando ulteriores víctimas y condiciones dificilísimas para las labores de socorro. La guerra –querida y desencadenada por el asesino Assad para sofocar la revolución de la gente común del 2011-2012 (y alimentada por los decapitadores del ISIS y por diversas potencias regionales y planetarias)– amplifica de manera exponencial el sufrimiento de las personas comunes. En diversa medida esto vale también para las regiones turcas golpeadas por el terremoto y que son teatro de la histórica persecución contra la minoría kurda.
La solidaridad internacional repara en estas personas solo después de este terremoto, después de haberles abandonado en el silencio, aplastadas por la guerra y la violencia de sus propios regímenes.
Con sus fronteras armadas, sus zonas de influencia y predominio la guerra obstaculiza enormemente las tareas de socorro, y hace aún más difícil tener un balance de conjunto de la tragedia. Las noticias llegan al resto del mundo más veloces y auténticas a través del tam tam humano, de los miles de hilos que unen personas queridas y asociaciones solidarias a este y al otro lado del mar. También por lo que atañe a las ayudas, donde sea posible, activemos y apoyemos canales solidarios directos e independientes.