El jueves pasado, 15 de junio, nos enteramos del terrible hundimiento del pesquero en el Mar Jónico en el que han podido morir alrededor de 700 personas y decidimos activarnos para reaccionar.
Escribimos un comunicado (disponible en nuestra web), buscamos hablarlo con la gente de nuestro alrededor y nos pusimos en contacto con personas conocidas comprometidas en los ámbitos del antirracismo para poder realizar una iniciativa común. Así supimos de una acción organizada por la Red de Acogida de Lavapiés junto a otros colectivos bajo el título “¡Nunca más! Las fronteras matan” para el domingo 18, con motivo del aniversario de la trágica muerte de al menos 27 personas inmigrantes sudanesas en la frontera de Melilla el pasado junio de 2022 y del día mundial del refugiado el 20 de junio. Esta acción estaba incluida en el conjunto de iniciativas que preparaban la Caravana a Melilla que parte el 24 de junio. Considerando importante no contraponernos convocando algo de manera separada vista la sintonía en la denuncia de las fronteras, comunicamos nuestra intención de ir y participar tal y como habíamos hecho en otras ocasiones.
Cual fue nuestra sorpresa que al llegar el domingo una de las personas allí presentes se acercó de malos modos, sin preguntarnos siquiera, diciendo que no podíamos estar allí porque no se aceptaban partidos políticos (?!). En ningún momento quiso escuchar el apoyo que queríamos mostrar, qué estábamos diciendo y por qué (nuestra pancarta decía: “Desde Melilla a Grecia: las fronteras matan. Acogida digna”) ni saber quiénes éramos. Lamentablemente, ningún componente de los colectivos convocantes se acercó a preguntar qué ocurría. Es más, la persona que nos habló se atrevió a decirnos que era ella la que decidía en nombre de todos los colectivos convocantes.
Vista la situación decidimos apartarnos para realizar lo que nos habíamos propuesto: encontrarnos entre personas posicionadas moralmente por la acogida digna y sin condiciones, denunciar a los Estados y sus fronteras e ir al encuentro de las personas que pasaban por la calle con este contenido para reflexionar en común sobre los responsables a denunciar, sobre el protagonismo posible a activar, sobre la necesidad de ir más allá del dolor y combatir la resignación.
Rechazamos ese método. Creemos en la libre expresión de las propias identidades individuales y colectivas en el respeto recíproco y la importancia de combatir la censura en ese sentido. También en la posibilidad de unirnos para realizar iniciativas juntos si se está de acuerdo en los contenidos esenciales y respetando la diversidad de expresiones de cada colectivo o individualidad a través de pancartas, carteles, periódicos, hojas… Para ello es necesario tener voluntad de conocerse en las ideas y propósitos. Este fue el nuestro pero nos encontramos con la sordera y la cerrazón sectaria.
Nuestro compromiso busca defender y afirmar una vida mejor, lo que comprende buscar construir solidaridad antirracista e interétnica y combatir a los opresores. A nuestro juicio lo son todos los Estados, atravesados por la lógica bélica, racista, xenófoba, patriarcal y capitalista. Así como los sectores de las sociedades que se hacen portavoces de estos desvalores. Hoy, mientras Estados e instituciones se vuelcan en rescatar a 5 millonarios que querían ver el Titánic en un submarino sus fronteras siguen matando, como en los últimos dos días en Canarias, donde han fallecido 37 personas, entre ellas dos niños.
Queremos ir al encuentro de las personas sensibles, así como aprender a dialogar de manera respetuosa y leal también con otros grupos grupos organizados, para identificar los puntos de acuerdo y las diferencias, buscando, donde sea posible, la unidad de acción.
Socialismo Libertario (Madrid)