Publicamos la nota del Colectivo de mujeres Queremos la luna (Madrid) sobre su posición
de cara al 25N, Día internacional contra la violencia machista.
El Colectivo de mujeres Queremos la Luna hemos decidido no acudir a las manifestaciones del 25N (Día Internacional contra la violencia machista) construyendo un sector en la misma, como sí hemos hecho otros años. La razón es que no nos reconocemos ni en los contenidos ni en los métodos con los que han sido convocadas.
Creemos que no ayudan al crecimiento de la conciencia de las mujeres, conciencia antes que nada de su fuerza y de los recursos íntimos de los que disponen para afirmar su libertad enfrentando la violencia así como de la solidaridad necesaria para tal propósito.
Este es el objetivo central de los colectivos de mujeres que construimos o queremos construir.
La convocatoria de dos manifestaciones en Madrid responde a una división dentro del feminismo incomprensible para la mayor parte de las mujeres, que no siguen (afortunadamente) sus disputas en las redes sociales. Contribuye así a una confusión que no aporta nada a quien quiere reaccionar ante la violencia machista. Nosotras nos queremos dirigir a las mujeres comunes, a las jóvenes que se preguntan cómo elegir la propia vida fuera de los estereotipos y roles, a quienes quieren unirse para reflexionar y actuar juntas, cara a cara, no a través de las pantallas, de manera estable.
La primera manifestación, convocada por el Foro 25N, se hace bajo el siguiente lema: “Contra la violencia contra las mujeres, unidad ciudadana y respuesta institucional”.
Nosotras no nos pensamos como ciudadanas, porque no nos pensamos en relación al Estado patriarcal bajo el que vivimos, que coarta nuestra libertad y aún más la de aquellas mujeres que, llegando de otros lugares, no tienen documentos y quedan excluidas de la ciudadanía. Por otro lado, si bien exigimos leyes mejores, apelar a la respuesta institucional es expresar confianza en quienes demuestran reiteradamente una incapacidad en la defensa de nuestra vida, porque tienen la violencia en su ADN. Basta pensar en las guerras que apoyan cuando no promueven, en las muertes en sus fronteras, en las tremendas condiciones materiales en que viven las mayorías. Basta pensar que en las instituciones hay quienes niegan la violencia machista.
La segunda, convocada por la Comisión 8M, se hace bajo el lema “Se acabó. Vamos a prenderle fuego al patriarcado”. Una consigna vacía, oportunista y autoproclamatoria. Al patriarcado no se le puede prender fuego, no se acabó ni se acabará fácilmente: conviene saberlo, saber que hablamos de una opresión que si bien no ha existido en la mayor parte del recorrido humano lo ha hecho los últimos 5000 años dejando profundas huellas culturales a combatir con determinación.
Hay algo que comparten ambas convocatorias: dan la espalda al mundo. Ni una palabra sobre las mujeres que están siendo masacradas en Gaza, ni sobre aquellas hebreas, no pocas entre ellas activistas por la paz, que siguen secuestradas por Hamás. Tampoco sobre las mujeres argentinas que verán sus derechos atacados por el triunfo electoral hace unos días del siniestro y misógino Milei. Para nosotras, sin embargo, es vital posicionarnos con nuestras hermanas que en los cuatro ángulos del planeta defienden y afirman la vida cada día aún en las peores condiciones, encuentran caminos valientes y creativos para ser más libres y tejen redes de colaboración y solidaridad. Como lo es denunciar las guerras y el terrorismo que alimentan las lógicas violentas que se difunden en las sociedades. El crecimiento de los feminicidios es una trágica consecuencia.
Por estas razones no iremos a estas manifestaciones, como hemos dicho, con un sector propio, pero proponemos un encuentro para intercambiarnos, conocernos y reflexionar juntas sobre nuestras búsquedas de una vida más digna y más libre, para nosotras y nuestras hermanas, sobre los peligros que enfrentamos, sobre nuestra unión posible.
Será el próximo 8 de diciembre, si te interesa participar, contacta con nosotras.