Desde Francia llega una señal: las gentes de izquierda se han movilizado, parar a la derecha es posible.

PUBLICAMOS EL EDITORIAL DEL PERIÓDICO «LA COMUNE» ( Italia), nº 444, compartiendo sus contenidos esenciales y su utilidad, sabiendo que en España cobran un sentido particular por la presencia de las gentes de izquierdas que se reconocen en muchos casos en el gobierno de coalición PSOE/Sumar, y más aún a la hora de afrontar en muchos terrenos la deriva derechista.

Redacción de Socialismo Libertario

El país de Víctor Hugo, de Jean Jaurès, de Camus, ha reaccionado frente a la amenaza creciente de de la derecha de Marie Le Pen: a quien sondeos y periodistas daban como segura triunfadora de las elecciones políticas generales, ha sido derrotada.

La situación que sale de las urnas es complicada, de difícil gobernabilidad: no hay que hacerse ilusiones sobre el Nuevo Frente Popular, el desastre de Macron es de sobra conocido y, a pesar de la derrota, la derecha sigue siendo una amenaza. Sin embargo, el aspecto más importante tiene que ver con la señal de reactividad y de esperanza que han manifestado muchas y muchos trabajadores, jóvenes e inmigrantes al movilizarse electoralmente contra el peligro de la derecha.

Ahora más que nunca será fundamental la iniciativa directa de movilización y de autoorganización en pos de una justicia laboral y social mejor, por la libertad de las mujeres, por los derechos plenos de los inmigrantes, por la satisfacción de las exigencias juveniles y, en primer lugar, por la pacificación y contra todas las guerras. Ha sido una señal fuerte y que resuena en toda Europa, reforzando el mensaje que llega de Gran Bretaña con la victoria electoral del Partido Laborista; también en este caso sin hacerse ilusiones sobre los movimientos del próximo gobierno, es necesario comprender el valor de la sacudida política que se ha producido en las Islas Británicas y las consecuencias concienciales y sociales que comporta.

También en Italia es posible y deseable un despertar de la conciencia y la acción de la gente común contra el gobierno de derecha, la intromisión opresiva del Estado, la prepotencia patronal creciente, la difusión del racismo y de los feminicidios y, en primer lugar, en favor de una lógica positiva de pacificación activa y expansiva contra todas las guerras y las crecientes violencias en una sociedad en descomposición; una lógica que es inseparable de la defensa de las hermanas y hermanos inmigrantes, del posicionamiento al lado de las mujeres, de las trabajadoras y trabajadores y de los jóvenes.

Las gentes de izquierda están presentes y pueden reaccionar. Por eso y ahora son necesarias fuerzas organizadas de izquierda que sepan responder a sus exigencias y satisfacerlas.