El viernes pasado, en la provincia de Córdoba, fue asesinada Susana Montoya y los autores dejaron escrito en la pared de su casa el siguiente mensaje mafioso: “Ahora vamos por tus hijos. #Policía». Fernando Albareda, hijo de Susana, había recibido reiteradas amenazas por su compromiso en la agrupación HIJOS, a la que se unió porque su padre fue desaparecido durante la última dictadura militar.
Este ataque fascista es una expresión brutal del clima represivo y violento que fomenta el gobierno de Milei contra las personas y las organizaciones de izquierda y de los derechos humanos. Si bien los lazos de continuidad entre la dictadura y la democracia siempre existieron, hoy los violentos y reaccionarios sienten total impunidad para atentar contra quienes se comprometen por defender la vida y la libertad.
Reaccionar es urgente, nadie está a salvo solo. Rodear de solidaridad al compañero y a sus seres queridos y exigir la inmediata clarificación de los hechos depende del protagonismo de todas y todos quienes nos sentimos del lado de la defensa de la vida: quienes están defendiendo sus puestos de trabajo, quienes se reúnen en asambleas barriales, aquellas/as que sostienen las iniciativas comunitarias, los jóvenes que defienden la educación; cada una y cada uno de nosotros es indispensable en esta pelea. Y exigimos a las organizaciones sindicales que respondan en consecuencia.
Las organizaciones de izquierda tenemos el deber de reaccionar a la altura de las circunstancias. Por eso, las y los humanistas socialistas venimos insistiendo en la urgente necesidad de construir un Frente Único contra la derecha reaccionaria y liberticida, en defensa de la vida y de las libertades democráticas. Para combatir el peligro neofascista, para cuidarnos y comprometernos juntos impulsando la unidad y respetando las diferencias. Porque garantizar la vida y la libertad de expresión es la primera contribución que debemos ofrecer para todos aquellos que estamos defendiendo juntos condiciones de vida más dignas.
7 de agosto 2024