Publicamos la rectificación de nuestros compañeros/as de Comuna Socialista (Argentina) sobre la toma de posición publicada en su web (y que reprodujimos aquí el 8 de agosto) a propósito del terrible asesinato de Susana Montoya.
El asesinato de Susana Montoya en la ciudad de Córdoba nos consternó, como le pasó a tantas personas sensibles y comprometidas con la defensa de la vida contra el avance represivo del gobierno de Milei. La sola posibilidad de que su muerte hubiera sido producto de un ataque de carácter fascista (como las primeras informaciones parecían indicar) motivó las primeras reacciones de algunos sectores –entre ellos, nosotros/as– pidiendo el esclarecimiento del hecho, pero también justicia para la víctima. Sin embargo, en los días recientes, la investigación cambió de rumbo y es su hijo Fernando Albareda, militante de los derechos humanos en aquella ciudad y ex funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos durante el gobierno de Alberto Fernández, el principal sospechoso del crimen.
Sin dejar de lado la prudencia que amerita una situación tan delicada, es importante rectificar nuestra posición inicial frente a este caso (reflejada en nuestra toma de posición del 07/08). Nos hemos apresurado en considerarlo públicamente un ataque de tipo fascista, aun si consideramos que el contexto actual de decadencia, de agravamiento de la represión estatal, de disgregación social y degradación moral pueden favorecer la aparición de este tipo de agresiones.
Vemos necesario tomar la ocasión para reflexionar sobre el desafío que implica hoy batirse en defensa de la vida, teniendo en cuenta la complejidad y peligrosidad de la situación. Afirmar nuestra alteridad humana hoy es determinante. Por esta razón, las organizaciones independientes y de la izquierda que se comprometen realmente contra el gobierno y en defensa de los derechos humanos debemos estar más unidas que nunca. Una parte fundamental de esto debe ser la constitución de redes de información humana directa y alternativa. Estamos convencidos de esta perspectiva, sin embargo, no hemos sido coherentes y hemos tenido demasiado en consideración la información (equivocada) que circulaba en Internet, “espacio” burgués y de la degradación de la información por excelencia. Nos autocriticamos por el error cometido como parte de nuestro compromiso de autosuperación.
Queremos subrayar, también, que el trágico devenir de estos acontecimientos no relativiza la avanzada violenta que el gobierno realiza contra las organizaciones de izquierda y de derechos humanos, ni la complicidad explícita que expresa con los militares de la última dictadura. Pruebas de esto se expresan casi a diario: con la visita a los genocidas en la cárcel por parte de diputados de LLA, con los allanamientos y la persecución a las organizaciones sociales, y con el procesamiento de algunos manifestantes por poner algunos ejemplos.
Por esto, y porque es posible que esta dinámica represiva vaya en aumento, unirse en un Frente Único en defensa de la vida y de las libertades democráticas contra la derecha reaccionaria y liberticida puede hacernos más fuertes, puede permitirnos trabajar juntos/as directamente, conocernos mejor, sopesar los desafíos y ofrecer así una posibilidad clara y benéfica de reacción para todas las personas que intentan mejorar las condiciones de vida.