Al lado de las poblaciones de Líbano.
Al lado del pueblo palestino y del hebreo contra Netanyahu y Hamás.
Por el alto al fuego inmediato en Gaza y el Líbano.
Por la pacificación y la libertad de todas las poblaciones de Oriente Medio.
El Estado de Israel ha intensificado los bombardeos contra Líbano abriendo un segundo frente después de la guerra que Netanyahu y su gobierno de ultraderecha racista, fundamentalista e islamófobo están llevando a cabo contra la población palestina de la Franja de Gaza y de Cisjordania.
La furia genocida de Israel que siguió al ataque terrorista y antisemita de Hamás del 7 de octubre, embiste hoy también en Líbano.
Las operaciones bélicas y terroristas de Israel no han golpeado sólo a los jefes y a los militantes de Hezbollah –organización reaccionaria fundamentalista, parte activa de este conflicto y, en su tiempo, posicionada en Siria a lado del verdugo Asad contra la revolución de 2011– sino sobre todo a la población civil libanesa. El coste en vidas humanas inocentes y en destrucción ya es altísimo. Cientos son las víctimas, miles los heridos, entre los cuales muchos niños, decenas de miles las personas obligadas a huir hacia el norte del país y hacia Siria.
Estamos ante un crecimiento de la guerra y del belicismo en Oriente Medio, en una espiral cada vez más irracional y peligrosa. Asistimos a la incapacidad manifiesta de la política y de la diplomacia occidental, de los Estados europeos y de Biden y la ONU, de evitar la apertura de un nuevo frente bélico. Incapacidad hecha aún más evidente por la hipocresía de los llamamiento a la tregua de quienes, como Biden y sus socios, continuan enviando armas a Israel.
Todo esto pone de manifiesto la crisis imparable del sistema político global y el final sangriento de su mundo que abre ulteriores escenarios bélicos caóticos e imprevisibles.
Somos solidarios con las poblaciones de Líbano, con los palestinos y con las poblaciones hebreas en Israel y en el mundo, todos víctimas de un torbellino bélico irrefrenable.
A pesar de todo esto, la idea y la práctica de pacificación aún son posibles.
Es prueba de ello la solidaridad extendida entre la población libanesa que se ha empleado hasta ahora, superando las diferencias religiosas, étnicas y sociales, para acoger aquellos que están huyendo de las áreas atacadas por los bombardeos israelíes, como en el pasado ya habían hecho con los casi dos millones de refugiados procedentes de Siria.
Son prueba de ellos los preciosos ejemplos de diálogo entre hebreos y palestinos en razón de la común humanidad y en pos de la convivencia posible.
La pacificación humana es el camino a recorrer, gracias al protagonismo de las personas de buena voluntad contra la guerra y el terrorismo.
Es necesario no sufrir el acostumbramiento a las guerras y a la pasividad, reaccionando juntos en la búsqueda activa y afirmativa de la común humanidad contra el racismo y el antisemitismo, posicionándonos al lado de las poblaciones de Oriente Medio, apoyando la posibilidad de vivir juntos en paz, justicia y libertad.
Corriente Humanista Socialista
29 septiembre 2024, 11:00 hs